La homosexualidad es un trastorno mental cuyo origen puede ser psicogénico (engrámico) o directamente genético, pero en cualquiera de los dos casos se trata de una enfermedad. Los problemas entre los homosexuales y los heterosexuales finalizarán el día en que los homosexuales dejen de adoptar la actitud del avestruz y acepten los descubrimientos científicos (que datan ya de medio siglo) que sindican irrefutablemente que la homosexualidad es una enfermedad como cualquier otra y en muchos casos curable. Cuando esto suceda, al homosexual se lo respetará como se respeta a cualquier enfermo.