Un día estaba escribiendo una historia muy bonita, pero de pronto llegó a un punto en que no sabia si escribir la siguiente palabra con b o con v. Pensó en mirar el diccionario o en consultar a alguien, pero se aburrió de la historia, disimuló mirando hacia un lado, intentó pensar en otra cosa, eligió una letra al azar para continuar la palabra y dejó la historia para otro momento. Te lo enseña Me Coments
Oh, otra vez soñando más de la cuenta... mal vamos... Te lo enseña Me Coments
Solo abrir los ojos te añoro. ¿Eso es malo? Voy a cerrarlos otra vez, deprisa, a ver si alcanzo el sueño que estaba soñando hace tres minutos... Oh, sí, lo tengo, que bien, puedo soñar contigo... Te lo enseña Me Coments
Se me están ocurriendo mil cosas que contar pero tendré que ir por partes... Estoy en Madrid. Madrid siempre me da ese buen royito... Y las cosas que pasan allí, es difícil que me pasen en otro sitio. Gracia me contó una historia de sus alumnos cuando fueron de excursión a la capital, que aun me estoy riendo. Después de visitar algunas cosas de la ciudad se les dio a los alumnos tiempo libre y se les citó para encontrarse al cabo de unas horas. Les dijo a los chicos de quedar en “el oso y el madroño”. Hasta que una alumna, la mas precavida, advirtió a los profesores: -Mejor quedemos en un sitio concreto, a ver si unos van a ir al oso y otros al madroño y no nos encontramos... A ver si eso puede pasar en otro sitio que no sea Madrid. Te lo enseña Me Coments