Enseñame las fotos que tienes en tu caja de galletas...

Había una plaga de cucarachas, no muy grandes, marrones, de las que gustan de vivir cerca de cafeteras y en los bares. Pero vinieron los Señores Exterminadores y acabaron con ellas.
Hoy mismo, mientras preparaba los bocadillos minis, ha caído del techo una gigante y negra. Es la típica cucaracha que vive en las vías.
Que digo yo que son familias diferentes, pero emparentadas. Vamos como el tío que vive en Francia y del que poco sabemos, sólo que esta allí y allí tenemos su casa si es necesario. Pues con las cucarachas igual. Y pienso yo que las de las vías deben pensar que la vida de las cucarachas de cafetería, sus parientes, pues debe ser mejor. Y que debe ser por ese motivo por el que, de vez en cuando, una de esas cucarachas de las vías emprende el largo viaje.
Ha tenido que entrar uno de los chicos a matarla, porque ni yo ni mi compañera hemos sido capaces. La ha matado espachurrándola con una botella de agua pequeña (0’70 €) que por supuesto luego no hemos vuelto a poner a la venta…
Con el fallecimiento de la cucaracha de las vías no hemos hecho más que aumentar la creencia de sus parientes directas: “mira si no se vive bien entre las cucarachas de cafetería que de todas las que se atreven a ir allí, ninguna vuelve nunca a vivir en nuestra miseria”.

Te lo enseña Me