CIELO Algunas veces miro el cielo. Algunas veces las nubes lo cubren por completo. Otras veces es la oscuridad. Algunas noches, en el cielo, se dejan ver las estrellas. Las estrellas que, con su tímido refulgir, intentan romper el negro profundo que cubre nuestros sueños. Nuestros sueños que algunas veces dejan de ocupar nuestras noches para pasar a ser parte de nuestras vidas, bajo el sol. Y son nuestras vidas las que algunas veces nos parecen una noche profunda, cubierta de nubes, sin estrellas. Entonces es buen momento para mirar el cielo. Has visto hoy la luna?. Es fascinante, parece que va ha desaparecer, de tan fina, de tan estrecha. Pero da tanta luz... al menos a mí. En cuanto la he visto he pensado en ti, en si la estarías viendo; en si, al menos, repararías en ella al volver a casa, con tanto cansancio acumulado. Y he querido llamarte, no solo para oír tu voz, como siempre me pasa, sino para decirte que mirases el cielo, que no te perdieses ese espectáculo que hoy es la luna. Estoy inmóvil, quieta, estática, detenida, mirando el cielo. Me siento tan pequeña, el cielo es tan grande... con sus luces que de tan lejanas parecen no existir. Y me siento como en la vida, insignificante. Luego pienso que estoy aquí para mirar arriba, que sin que yo mirara el cielo éste no seria tan ilimitado, y me siento importante, casi imprescindible. Una vez más como en la vida, creciendo en mi misma cuando sé que me quieres, que me miras con esos ojitos y me sonríes como si todo no fuese más que nuestro gran secreto. He subido a la montaña para tocar el cielo y solo he logrado pasar frío y que al bajar me queden los oídos taponados. Es como intentar acercarme a ti. Cuanto más lo intento parece que más te alejas. Luego, si no me acerco, te rodeas de una tristeza infinita de la que me siento sumamente culpable. Déjame esta noche las ventanas abiertas, entraré y soplaré en tus sueños para que al despertar veas tu propia sonrisa dibujada en tu espejo, pienses en mi y seas tú quien te acerques. Te lo enseña Me Coments