Enseñame las fotos que tienes en tu caja de galletas...







jueves, noviembre 14, 2002
“Oye, Mari, que esta mañana he visto un robo super inesperado. Inesperado porque sabes tú que a esas intempestivas horas yo normalmente aún no he ido a dormir y claro... mi estado no era el más propicio para ser testigo de un robo, pero los ladrones no me han preguntado a mí, claro, si me encontraba bien dispuesta para lo que iba a presenciar.

El caso es que han robado un bolso a una pobre chica. Estaba ella sentada en un banco y tenía el bolso a su lado. Han llegado tres hombres, uno ha empezado ha hablar con ella y los otros han cogido el bolso y han salido corriendo... sin más.

Yo extraigo de todo esto varias conclusiones: primera, los hombres pierden a las mujeres débiles. O sea, tres mujeres no podrían haber robado el bolso a otra mujer ya que la pretendida víctima les habría intentado sacar los ojos. Sigo sin entender la facilidad de las mujeres en engancharse con violencia con otras mujeres... es vulgar y barriobajero, en fin. Segunda, los hombres tienen un decidido mal gusto para bolsos y otros complementos típicamente femeninos, nunca otra mujer robaría un bolso del estilo del que he visto robar hoy. Y tercera, todo bien que los hombres hagan lo hacen sin querer, me explico, después de mucho pensar saco la conclusión de que lo que he visto esta mañana ha sido en el fondo un acto de bondad hacia esa pobre chica. Es que el bolso en cuestión era horrible, repulsivo, espantoso, horroroso, desagradable, feo en definitiva. Y, al fin y al cabo, ha hecho que se acerquen a esa pobre chica nada menos que tres hombres, o sea que el objetivo vital del bolso se ha visto más que cumplido el día de hoy, con lo cual su existencia posterior habría sido desaprovechada.

El caso es que la chica ha quedado destrozada por el robo y yo, buena samaritana que es una, me he acercado para darle mi consuelo y expresarle mis teorías sobre lo afortunado del hecho, ahora debería utilizar otro bolso que con un mínimo de suerte sería algo más agraciado que el sustraído. Pero ella seguía llorando y llorando sobre mi hombro hasta que he expresado mi disgusto porque yo llevaba hoy mi jersey negro de cuello de plumas de avestruz y veía que sus lágrimas iban ha dejarlo hecho una verdadera pena. Ella se ha sentido ofendida por que yo le diese tanta importancia a mi ropa y no tuviera la sensibilidad de llorar por su bolso, ante lo cual he debido recordarle que era horrible, horroroso y feo en definitiva y ella no ha hecho otra cosa que intentar sacarme los ojos de la forma más barriobajera que al parecer conocía.

En fin, otro día que vea un robo te aseguro, Mari, que corro lejos, o al menos camino todo lo rápido que me permitan mis tacones, en dirección contraria a la de todos los implicados.” VICKY (MUACK)


Te lo enseña Me





miércoles, noviembre 13, 2002



martes, noviembre 12, 2002
Yo soy Vicki. Me encargo de los artículos de actualidad. Lo hago como hobby, claro está, porque yo nunca he necesitado trabajar. Papá y mamá me enseñaron de pequeña que todo se puede comprar con la cantidad suficiente de dinero y yo tengo esa cantidad precisa para casi cualquier cosa que se me ocurra; pero bueno, tengo ese pequeño defecto, trabajo por hobby. Primero voy ha hablar de mí, que es el tema que más me gusta de toda la cantidad de temas que soy capaz de tratar, y luego hablaré sobre mi trabajo, que es lo que me hace estar algo más cerca de vosotros, solo un poco más cerca claro, nunca demasiado, vosotros sois simples lectores y yo, yo soy la artista, el genio, al fin y al cabo.


Voy a repasar mi biografía de forma breve, porque supongo que dentro de algún tiempo yo misma la escribiré y será un bestseller, y sería una verdadera lástima que esta presentación arruinara mi futuro como escritora para grandes masas, si es que ya no lo soy, con mi maravillosa obra con los artículos. Así pues seré breve.


Nací hace algunos años, una verdadera señorita nunca revela su edad ya que siempre queda mejor que ir quitándose años paulatinamente. Como decía, nací hace algunos años en una clínica privada muy importante donde ya he acudido a comprar mi partida de nacimiento por un no demasiado desorbitado precio antes de que algún desaprensivo lo proyectara para intentar lanzar la exclusiva de mi edad, dentro de algún tiempo. Mi familia es obviamente, como no podría ser de otra manera, una familia pudiente. Afortunadamente la fortuna de mi padre no proviene del terreno de la cultura o del espectáculo, que son siempre territorios un algo truculentos donde no todo es lo que parece; mi padre es banquero. Y mamá, mamá es divina, ella proviene de la alta burguesía de la ciudad. Un buen cuerpo y un buen nombre, eso es lo que papá siempre dice que le atrajo de ella, ¡qué dulces! No tengo hermanos, por suerte. El refrán “cuantos más seamos, más reiremos” es mucho menos realista que “cuantos menos seamos, a más tocamos”.


Papá y mamá viajan constantemente, normalmente por separado, porque son una pareja muy moderna y no les gusta agobiarse con los compromisos ajenos, que, como es de imaginar, no son pocos. Mi infancia y mi adolescencia han sido lo más. Las mejores niñeras dejaron paso a los mejores colegios, las mejores residencias y las mejores universidades. Estudié un poco, no soy gran amiga de los esfuerzos, pero me parecía algo tan absurdo teniendo mi posición social, algo tan innecesario, que abandoné la carrera después de cuatro años, en segundo curso. Papá y mamá lo entendieron a la perfección y entonces empezó
mi real aprendizaje de la vida. Normalmente viajaba con mamá, hoy tiendas en París, una galería de arte en Nueva York mañana, la semana que viene un pequeño descanso en Tahití... en fin, una vida cansada y bastante ajetreada para una joven como yo. Con papá viajaba algunas veces, normalmente con papá y su secretaria, lo que da una idea de lo aburridos que eran para mí aquellos viajes, ellos asistían a innumerables comidas de negocios, cenas de negocios, reuniones de negocios... ellos siempre juntos y yo sóla, me dedicaba a seguir conociendo tiendas, centros de belleza y maravillosos hoteles donde pasaba sóla las noches. Papá trabaja demasiado.


Y básicamente mi vida transcurría así. Puede parecer monótono y aburrido pero hay que recordar que los detalles jugosos me los reservo para mi biografía, dentro de algún tiempo. El caso es que como en la vida de cualquier joven llegó el momento de independizarme. Papá y mamá me regalaron un loft divino que decoré con el mejor de los gustos, como no podía ser de otro modo. Me volví algo más sedentaria, menos viajera. Empecé a frecuentar la ciudad donde había nacido y que era para mí un mundo nuevo y desconocido. Y aquí sigo. Digamos que papá y mamá no están demasiado contentos con la trayectoria que llevo. Ellos cada verano insisten en que viaje a Mallorca y cada invierno pretenden que esquíe en Vaqueira, ha sido mi gran amiga Mari la que me ha abierto los ojos... mis padres me han educado impecablemente para que pudiera conseguir un buen partido, un buen marido que me diera todo lo que necesito, vamos que cubriera todas mis necesidades materiales, lo que no podía yo esperar es que su mayor deseo secreto fuese verme convertida en la esposa de su Alteza, pero como digo Mari me ha abierto los ojos. Y los detalles los dejamos para la ya famosa biografía. Me siento en deuda con Mari y por eso le voy a dedicar unas líneas aquí. Así de forma magistral enlazaré con el tema de mi trabajo. Porque si yo trabajo como trabajo no es por otro motivo que Mari.


Oh, la gran Mari. Nos conocimos una noche bastante peculiar, en una fiesta bastante movida y a partir de aquel momento somos inseparables. Y a nosotras mismas nos extraña porque somos la noche y el día, opuestas como el blanco y el negro, vamos, totalmente antagónicas (Mari, no te estoy insultando, esa palabra quiere decir que no nos parecemos en nada, o sea, ni por casualidad). He aprendido con Mari las cosas más inverosímiles, como hablar como las personas normales, que es como ella califica a todos los que son como ella y no como yo. He aprendido a coger el metro y el autobús, algo que jamás había hecho y tenía clarísimo que nunca iba ha hacer. He aprendido a ir de rebajas y a los mercadillos. Incluso he aprendido a trabajar. O sea, Mari para mí supone la revolución. Y no imaginemos detalles escabrosos en nuestra relación como querrán insinuar las revistas sensacionalistas, lo más importante que me ha enseñado Mari es cómo tratar a los hombres, vamos me ha enseñado como merecen ser tratados y eso esta siendo muy útil en mi vida.


Mi trabajo no requiere un gran apartado en mi vida, ya lo he comentado. Mari me lo propuso y yo acepté. Ir escribiendo sobre lo que te apetece no es tan malo como puede parecer, además, me doy cuenta de que creo una corriente de seguidores y detractores que me motiva a seguir superándome, por mi público, claro, porque ignorantes me dicen que los ha habido siempre y no soy yo quien voy a cambiar eso. Bueno, pues lo mejor para conocerme a fondo, queridos fieles seguidores, será esperar pacientemente mi biografía que aún no he empezado a escribir, y mientras tanto, ir leyendo mis artículos que os harán, al menos, reflexionar sobre lo que os rodea, por suerte o por desgracia, en este mundo que os ha tocado vivir. VICKY (MUACK)


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